Ayer me quería morir
En el frío de una escena gris, confundiendo la brisa con la llovizna
Ayer que no estuve, que no me encontré en ningún lugar
Ayer sí, lo supe cuando me planté frente a la inmensidad del agua; tan quieta y peligrosa
¿Qué tan liviana puede ser mi cuerpa cuando carga culpas implementadas, sentires que no reconoce e ideales que no le pertenecen?
Ayer que la lluvia se apropió de mi temperamento
Ayer que no cerré los ojos cuando el frío me sacudió
Ayer que me quise escapar para luego encontrarme en la vastedad
Ayer, ayer, ayer
Ayer que quería ser brisa, ser espuma, me quería morir como muchos otros días porque no entiendo la maraña que soy por dentro
Soy sorda a los gritos de mi cuerpa cansada y agonizada.
Me quería morir lejos como los gatos que huyeron de casa para encontrar un lugar estático.
Así quería morirme, con el viento resoplando en mí cabello que va dejando rizos por doquier
Porque también él me abandona como todo lo que en mí habita
Como mis ganas y fortaleza
Mi brillo y mi pasión
Mi ser que no ha encontrado el sentido de pertenencia, que puede ser libre pero prefiere ponerse grilletes.
Ayer me quería morir porque no me siento libre
Porque me convierto en flor seca que se desmorona.
Soy polvo, soy partículas, soy como las hojas secas esparciéndose con un suspiro.
-Fabiola C. Navarro-